martes, 1 de junio de 2010

Andando por el borde del precipicio

Imagínate a un tío que va borracho por el borde de un precipicio. En su embriaguez no se da cuenta de que al más mínimo tropezón se irá para abajo y se matará contra las rocas, los demás le dicen que tenga cuidado, que como siga así se va a matar, pero él dice que no hay peligro, que todo está bajo control... y así van pasando los días, las semanas y los meses. De pronto un día, el borracho recibe una llamada telefónica de un 'amigo' suyo al que admira mucho, pero ese 'amigo' no le llama para felicitarle por lo bien que está andando por el precipicio, si no para darle un toque y advertirle que debe corregir su actuación de inmediato, porque hay una cuerda que los une, y si el borracho se cae, el 'amigo' también caerá. De pronto el 'borracho' despierta y se da cuenta de donde está, y ahí se acaba su arrogancia.

¿De qué estoy hablando? Se admiten apuestas, pero hoy esta claro, en esta fábula aparecen personajes bien conocidos de todos, y para que sea una fábula hacen falta animales, el animal es un BURRO de los más grandes que han visto la luz en España.

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